Supongo que de esta forma me evitaba el dolor de aceptar las cosas como son, aceptar los alejamientos, las diferencias, los noamores y los amores, la "insoportable levedad del ser", que me acechó desde niñita.
No enfrentaba el miedo, siquiera lo sentía, porque "no era de verdad". Miraba mi vida como una película, que por el momento estaba en los ensayos.
Una vez una amiga* me dijo algo sobre el estreñimiento que me dejó espantada: "te das cuenta que toda esa caca la llevás a todos lados, no se puede dejar para después el ir al baño...".
Postergación y estreñimiento mental.
Vocación de barométrica, llevar a cuestas un bolsón de mierda y encima seguir recolectando en el camino.
Dejando para mañana lo que tenía que hacer hoy.
Pasan los años, estoy en el camino para perder mi condición de postergator, título que definitivamente no quiero llevar más.
Cuando recaigo, la vida me regala amigas nuevas y me reencuentra con amigas viejas* que me dicen, eso que yo ya sé, pero que precisaba escuchar.
"...no podés vivir colgada, de un supuesto y de un pasado..."
"...vos tenés que decidir seguir con el círculo o cerrarlo..."
"...estas cosas solo te distraen de lo que vos en realidad querés..."
"...hay que disfrutar el hoy como si fuera el último día..."
* vieja amiga, que actualmente reside en el Hemisferio Norte. Madraza de 3 hombrecitos. Loca, ex-estreñida mental, erudita de la vida. Escribe muy pero muy bien; ojalá se pusiera un blog y alguna vez se animara a dejar comentarios ;)