miércoles, 25 de febrero de 2009

Mi abuela Irene (la vieja Irene)

- hace días que no se está sintiendo muy bien del estómago...
- ma que estómago ni ocho cuartos, su hija está por dar a luz! -dijo el médico

Ángela era soltera y desde hacía un tiempo se veía a escondidas con Víctor, un rubio buen mozo (casado y con 3 hijos) que vivía en Florida también.
La tana vieja no se había avivado del embarazo que las fajas habían ocultado bien, ni del romance que tachaban su moral. Así que luego de dejarla parir y hacerle prometer que nunca más iba a ver al infiel en su vida, se dispuso a deshacerse de la recién nacida. Dicen que "la iba a tirar a los chanchos" y uno de sus empleados se ofreció para dejarla por ahí.
La cuestión es que Doña Teresa (otra vecina del pueblo) vio pasar a este hombre con "algo" en sus brazos y cuando supo que era una bebé quiso quedarse con ella.

Y así llegó al mundo mi abuela, un 25 de febrero de 1916.
Tuvo la suerte de encontrar un hogar donde la quisieron bien, papá y mamá repobres pero que la adoptaron como suya y la quisieron mucho. Viendo pasar por la vereda de enfrente a su verdadera madre, que jamás quiso conocerla, ni hablarle, ni nada. Su padre, el casado, la visitaba cada tanto y le traía regalos, aunque nunca le dio su apellido ni conoció al resto de su familia.

Tuvo muchos hermanos de leche (como decía ella), ya que la amamantó una morena de ojos azules, la negra Sofía, que trabajaba en su casa y que siempre estaba embarazada.
Tuvo algunos hermanastros más -del primer matrimonio de Teresa- que luego la enredaron en unos negocios y se quedaron con la casa que la hubiera salvado de pagar alquiler hasta el día que se murió.

No fue a la escuela, pero aprendió a leer y a escribir con un novio que la visitaba y le traía un diccionario.

Después la agarró mi abuelo y zas, a los 18 años ya tenía 2 varoncitos.
Tuvieron 6 hijos en total y algunos más que no quisieron nacer.

3 de mis tíos y mi abuela embarazada de mi mamá

Se vinieron a Montevideo, buscando una vida mejor, y pasaron muchas. La plata nunca dio para nada, pero pronto los gurises fueron creciendo y trabajando también.

Mientras mi hermana y yo fuimos chicas, como vivíamos cerca y mi madre trabajaba todo el día, era quien nos hacía puntualmente la comida, todos los días, durante toda mi infancia.

Sobrevivió 21 años a mi abuelo, tuvo 11 nietos y conoció a 14 de sus bisnietos. Viajó a la Argentina muchas veces a visitar a mis tíos emigrantes y nosotros la llevamos a todos los lugares que pudimos. Tuvo su tv color con parlantes adaptados porque se estaba quedando sorda y con su pensionsita se pudo comprar su heladera, su cocina nueva y darse muchos pequeños gustos.
Era la visita de todas las tardes a la casa de mis padres a la hora de la merienda, tenía llave pero sus 6 timbrazos la anunciaban.

Callada, reservada, tremendamente intuitiva y con frecuentes "pálpitos" como decía ella, ponía el ojo y ponía la bala. Murió un poquito cuando falleció mi tío Pite, aunque tengas mil años la muerte de un hijo sigue siendo de las cosas más fuertes que te pueden pasar. Mis bajones existenciales encontraban consuelo con verla a ella, una pisciana con cicatrices de las que nunca la oí quejarse; la veía y pensaba que era posible llegar a la vejez tranqui, sin miedos, yo quería esa paz para mi futuro.

En seis meses un cáncer se la llevó. Seis meses crueles, como suele pasar con estas enfermedades de mierda. Murió antes de que tuviera la libreta de conducir, así que no la pude llevar a pasear en auto como hubiera querido, y antes de que hiciera el primer nivel de reiki, así que tampoco la pude ayudar.

Poco antes de irse, en una habitación del Casmu, con sus 85 años a cuestas y a pesar de todo, la escuché llamar a su mamá.

domingo, 22 de febrero de 2009

de cenicientas, perdices y finales felices

Dedicado a vos, a mi, a nuestras hijas, nuestras futuras nietas, bisnietas y tataranietas
y también a nuestras madres, nuestras abuelas, bisabuelas, tatarabuelas, ...

Resumido en una "historia de mujeres"
esta recurrente historia sin género:
prisioneros de los deseos de otros,
cuando debería ser tan sencillo elegir
ser y estar con lo que de verdad nos hace felices.

jueves, 12 de febrero de 2009

mi plan: Ceibal

Como los hijos vienen sin manual (por suerte y por desgracia), gente como yo, que se lee las instrucciones hasta de la crema de enjuague, se las va arreglando como puede.

Es así que, entre otras cosas, coleccioné libritos, publicaciones, revistas de todo tipo y cuando Luci empezó la escuela me bajé todos los programas de primaria.

Este año llega a Canelones (recuerden que vivo en el interior, je) el Plan Ceibal.
Así que como no podía ser de otra manera, me tiré de cabeza a investigar de que se trata.Hay mucho material, hay mucho para leer (en eso estoy), hay mucho y mucha gente opinando sobre el tema. Pero también MUCHA gente trabajando en el tema.

Así que me armé una colección de links que comparto con Uds. por si quieren saber más.

En cuanto a información general acerca de esta cosa rara de obtener y desarrollar un pc a bajísimo costo para repartirlo a cada niño:
  • el proyecto mundial : OLPC (one laptop per child) se remonta a más de 4 décadas! mucha info de una manera esquemática, clara, precisa.
  • el Wiki de la OLPC más detalles, especificaciones técnicas, mucho más.
yendo al paisito concretamente:
  • la página oficial PORTAL CEIBAL dirigido a los estudiantes, los docentes y la comunidad. Muy pero muy completa esta web que incluye también contenido, al que luego los niños podrán acceder desde sus laptops, como está bien clasificado allí: áreas del conocimiento, aportes académicos y más cosas para aprender, compartir y participar. Es mucho y muy variado lo que contiene, necesario recorrerla.
  • el Ceibal Jam: movimiento social independiente, abierto y voluntario que nuclea interesados en desarrollar software para el plan (si, leiste bien y andate acostumbrando a ver estas palabras juntas en torno al plan ceibal: abierto, voluntario, aporte desinteresado)
  • y de las cosas que a mi me están dejando de cara (será que venimos tan acostumbrados con esto del uruguayo más vivo-criollo que solidario): el RAP (RED DE APOYO AL PLAN CEIBAL) , con su FORO del RAP.
La cosa por allí es:
"somos un grupo de gente que tiene el firme propósito de que el plan Ceibal llegue a feliz término. Si vos tenés la misma onda, bienvenido a bordo"
En su convocatoria a unirse expresan convencidos el aporte positivo a la educación pública que este plan generará.

Al empezar a recorrer estos lugares, seguro terminarán en otros, hay muchos.

Estoy tan emocionada, como si fuera yo la que voy a la escuela y vaya a recibir semejante regalo. Porque de eso también se trata es un REGALO para los gurises y ahí quería llegar .

Que habría muchas otras cosas para solucionar en la enseñanza pública, con los sueldos de los maestros, con los niños que andan pidiendo, con la inseguridad en las calles y la ministra que sale en el facebook, con tantos otros temas que podríamos decir "tienen prioridad", que estamos en año electoral y justo esto y tantos etcs. más.

A mi me tiene cansada y harta, esto de estar siempre como atornillados al discurso resentido y reprochoso. Ya estamos grandes (y no hablo de edades) como para salir de la mediocridad.
Al que le gana un voto el Plan Ceibal, después de todo lo prefiero al que le saca un voto un choripán o la promesa de un futuro carguito. Alguna diferencia hay me parece.
Yo decido mi preferencia electoral por un conjunto de cosas, evaluando, informándome. Tengo internet es una gran ventaja de estos tiempos. Bueno, los gurises de la escuela pública van a tener esa ventaja, no solo el pescado sino les van a enseñar como pescar de ahora en adelante. Para que en un futuro sepan mandar un curriculum por mail por ejemplo, como cualquier otro.

Y lo que es más importante, como decía más arriba, semejante REGALO no va a pasar por alto en la memoria y la AUTOESTIMA de los gurises.
La escuela te da un laptop, para que lo cuides con responsabilidad pero te lo dan!, a vos y a cada uno de los que como vos van a la escuela pública, el mismo. El que le toca a los de Punta Gorda no es con bordes de oro y el de los del 40 semanas de madera para que les dure. O uno más moderno para los de Montevideo y los de segunda para el interior, noooooooooooo:

Igualar para arriba que le dicen y con lo que NO SE PUEDE no estar de acuerdo.

Para rematar un video institucional de fines del año pasado, que resume lo que se ha estado haciendo, de que manera y a lo que se espera llegar en este 2009



Me olvidaba de comentar que Uruguay en este año, entregando en Canelones y Montevideo completaría la entrega de más de 350.000 equipos a alumnos y más de 16.000 a maestros siendo el PRIMER PAÍS EN EL MUNDO (guiness no solo por el asado) en cumplir esto.

En algo hay que creer... y prefiero esto al horóscopo chino.

(Si quieren unirse como voluntarios, por ahí voy a andar también)

jueves, 5 de febrero de 2009

Teléfono descompuesto

El post del pelado1961 acerca de la chica-Guiness en mandar mensajes de texto en un mes (creo que más de 35.400) me recordó esto que hace un tiempo me llegó por mail.
Lo escribió Hernán Casciari, es un poco largo, pero si no lo leyeron aún, vale la pena.
A mi me hizo pensar y me pareció requeteinteresante esta visión de lo que estamos viviendo.
Espero sus opiniones, al final les dejo la mía.

Anoche le contaba a mi hijita un cuento infantil muy famoso, el de Hansel y Gretel (de los hermanos Grimm).


En el momento más tenebroso de la aventura, los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a casa.

Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer.

Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: "No importa. Que lo llamen al papá por el celular'"

Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía inalámbrica.

Y al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura -toda ella, en general- si el teléfono móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años.

Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas hubieran muerto antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción.


Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra.

Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía.

Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace.

¿Ya está?

Muy bien. Ahora ponga un celular en el bolsillo del protagonista. No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda.

¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un carajo?

Mi hija, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las viejas historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad menor.

Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate.

Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es necesaria.

Con telefono celular, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque fuese spam.

Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de localización de personas de Telefónica.

Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está yendo para allí.

Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó por la mañana.

Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la incomunicación.

Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía móvil.

Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada, si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la camisa.

La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare) basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar, se suicida de verdad.

Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensaje de texto a Romeo en el capítulo seis:

M HGO LA MUERTA,
PERO NO STOY MUERTA.
NO T PRCUPES NI
HGAS IDIOTCES. BSO.

Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se habría evaporado. Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce hubiera existido la promoción 'Banda ancha móvil' de Movistar.

Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por otros más adecuados.

La tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría 'Cien años sin conexión': narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano@goodmornig) pero a nadie le funciona el Messenger.

La famosa novela de James M. Cain -'El cartero llama dos veces'- escrita en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría 'El gmail me duplica los correos entrantes' y versaría sobre un marido que descubre (leyendo el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de malvivir.

Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos. Por ejemplo, "Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de cobertura", la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada de un tercero que no aparece nunca (o que se quedó sin saldo).

En la obra 'El jotapegé de Dorian Grey', Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Imágenes de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición.

La bruja del clásico Blancanieves no consultaría todas las noches al espejo sobre 'quién es la mujer más bella del mundo', porque el costo por llamada del oráculo sería muy caro; se contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.

También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de solución automática.

Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas) fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi.

Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas.

Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a casa.

La telefonía inalámbrica -vino a decirme anoche mi hija, sin querer- nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante.

Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.

Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no estaremos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y ahora?

No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el sofá. Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su teléfono en modo silencio.

¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre?

Una llamada a tiempo un mensaje binario, una alarma.

Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha se despierta y te ama, Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de pan.

Nuestras tramas están perdiendo el brillo -las escritas, las vividas, incluso las imaginadas- porque nos hemos convertido en héroes perezosos.

Algo de acuerdo estoy, pero, será taaan así?

" La distancia, el desencuentro y la incomunicación", no se solucionan para nada con los avances tecnológicos que tenemos. Siempre va a haber quien no entienda la abreviación que usaste en un sms, o un signo de exclamación omitido que cambió por completo el sentido de lo que decías. No te avisa si te quedaste sin saldo, así que puede ser que haya recibido el mensaje... o no!. Y si se quedó sin batería, y si se lo robaron?, Si perdiste el tuyo y por tanto tooodos los números que tenías en la tarjeta sim y que por supuesto no respaldaste.
Capaz que estos son inconvenientes de nuestra generación que supo vivir sin celular y para los que vienen, sus códigos ya superarán el tema.

Puede ser que los cuentos infantiles vayan mutando hacia algo diferente, pero llevará su tiempo y si es que ya no funcionan esas tramas, será que ya no tienen que funcionar, y será que ya superamos (el ser humano digo, yo no) el pánico a " la distancia, el desencuentro y la incomunicación" y habrá otras cuestiones a las que tenerles miedo. Siempre va haber algo a lo que tenerle miedo, ja.
Talentosos del futuro van a saber escribir genialidades igual. Con tecnología incluida, y será literatura tan buena como la del pasado. Capaz que en otro soporte, pero para mi al menos, es lo mismo.

No sé. Será cuestión de ir enseñándoles también, que para ponerle $100 al celu, hay que laburar y ahí no hay pereza que valga.

martes, 3 de febrero de 2009

En algo hay que creer / Angiomas

En unos cuantos libros y revistas que había leído estando embarazada, había sabido de ellos y que eran bastante comunes en los recién nacidos.
A las 38 semanas una eco doppler que el dr. mandó buscando razones por las que seguía en posición podálica, encontró que tenía circular de cordón. Así que cesárea programada (lo que yo bromeando muchas veces le había pedido a la panza, por el cagazo que tenía) y nació Luci, rechiquitita con 36cm y 2,640k., el mismo día que mi madre cumplía los 60 (ta madre, de virgo también!)

A sus 3 días de vida, empezaron a aparecerle y parecía que se multiplicaban. En total 9 angiomas repartidos por todo su pequeño cuerpecito: sobre la muñeca izquierda, en la axila izquierda, en el cuello sobre la izquierda, dentro de la nariz, al lado del ojo, 3 en la espalda, en la cabeza oculto con el pelo, de toda variedad y tamaño.

Toda información que encontré decía que eran inofensivos, igualmente imaginen nuestra preocupación, son lesiones vasculares sobre la piel, parientes de los tumores.

Estéticamente un poco impresionaba el del cuello, que no llegaba al rostro, pero se ponía muy rojo cuando lloraba o cuando se agitaba, y siempre había alguien que preguntaba que le había pasado, incluso descubrimos la ignorancia en el tema de algunos pediatras de emergencia, a los que había que "explicarles" cada vez que íbamos por algo.

Caímos con una dermatóloga espectacular en el viejo sanatorio Larghero, la Dra. Ribeiro, una veterana que era una genia, una capa en dermatología, grado 5 de la Univ. de la República. Siempre nos dio esa tranquilidad especial, sin dejar de prevenir. Le mandó exámenes de todo tipo para descartar posibles complicaciones, para confirmar la profundidad, que no afectaran órganos, ni a su visión, etc,.
Mientras que la pediatra sugería tratamiento con cortisona, ella muy tranqui nos decía que prefería esperar, que ya iban a ir decreciendo.

Y así fué, con el tiempo, ya 9 años, solo quedan algunos, y como marcas desteñidas, que si ella quiere, algún día podrá quitar con láser o disfrazar con un tatuaje, nosé, cuando sea más grande y lo decida iremos como sea, al fin del mundo a quitarlos.

Todo indicaba que iba a ser así, en todos lados encontraba que la mayoría de los angiomas aparecen con el nacimiento y se van a los 2, 3 años, sin embargo yo les hice también "otro" tratamiento.

En esas épocas de mamá primeriza, agobiada, loca como siempre, con el bajón post parto a full, fuí a una homeópata de la zona por algunas gotitas (juguibayas como me dicen por acá) para bajar las revoluciones.
Cuando le comenté del tema me dijo algo que todavía me pone la piel de gallina: que los angiomas son marcas de vidas pasadas. Cicatrices de como murió en su última vida y que yo como mamá en esta su "nueva vida" tenía el "poder" para ayudar a sanarlas. A la mierda!
Pero sin dudar por supuesto que fuí e hice lo que ella me dijo. Sin importar que pareciera ridículo o raro lo que tenía que decirle, uno por un hijo hace lo que sea y esto no era nada, si servía para algo. Además que algo me decía y me sigue diciendo que es muy posible que por ahí viniera la cosa.

Le hablé a ese ser que había ahí en Luci, le expliqué que esas heridas pertenecían a su pasado, que tenía que dejarlas ir, que desaparecieran, que ahora ella había elegido nacer acá y de mi, en esta casa, en estas circunstancias, y que yo como su mamá la iba a cuidar y a ayudar a superar lo que tuviera que superar y juntas aprenderíamos lo que teníamos que aprender.

No me olvidaré jamás de su carita, con la mirada fija, una mirada que en ese momento no era de un bebé de 2 meses, nosé porqué.

Si a ella algún día le pica la curiosidad, o le da por investigar sobre el tema reencarnación y ainda mais, no me tengo que olvidar de esta "pista" que tiene de su vida anterior.